Contra las cuerdas #12: Momentos que duran un instante
Esta semana: La muerte de Sabu, los reels de Instagram y mucho más.
Un nuevo viernes de Contra las cuerdas tras disfrutar una semana de tranquilidad. Ha venido bien, porque el pasado fin de semana toco la despedida de solteros de uno de mis mejores amigos y su pareja. La vida siempre es guay cuando se comparten momentos con los amigos y, sobretodo, ir viéndolos crecer a base de recuerdos que perduran en la memoria. Lo hermoso de la familia elegida y que siga así.
El adiós del hombre que desafiaba a la muerte
En dicho finde me enteré de la muerte a los 60 años de Sabu, el ícono de la lucha libre extrema. Terry Brunk, sobrino del mítico luchador The Original Sheik, era una auténtica leyenda del negocio, que dejó su huella en las principales promociones del deporte: ECW, TNA, WWE, WCW, AEW, NJPW… Descanse en paz.
Su estilo aéreo, combinado con objetos, le hizo saltar al estrello y ganar multitud de campeonatos por todo el mundo, así como una legión de fans. Sabu también fue recordado por sus numerosos botches o fallos en sus combates, aunque él mismo reconoció tenerles cariño en una entrevista reciente. Y es que cuando innovas y te arriesgas es normal cometerlos. Eres un ser humano, no un robot.
Sabu libró su último combate el pasado 18 de abril en la promoción independiente Game Changer Wrestling (GCW). Llevaba casi 4 años sin luchar y se enfrentó a Joey Janela, uno de los cabecillas de la empresa. A Brunk se le notó desorientado en su desempeño y recibió golpes bastante peligrosos. Recientemente salió a la luz una entrevista con Janela en la que se reconoce que le dieron el visto bueno a que Sabu combatiese después de que sus representantes le suministrasen un opiáceo llamado kratom, que le ayudó a combatir el dolor de su destrozado cuerpo. Una decisión lamentable que hace cuestionar el respeto hacía este deporte.
Los p*t*s reels
He trabajado durante los últimos años en marketing y comunicación, especialmente en redes sociales. Pese a ello, poco he usado TikTok afortunadamente, pero es innegable reconocer el éxito de dicha plataforma. Tanto que Instagram, que anteriormente valoraba mucho más plasmar “tu vida” en imágenes, tiene actualmente mil veces en mejor consideración los vídeos cortos o reels.
Cómo suelo decir: “No voy a inventar la rueda mencionando esto”, pero los reels son basura adictiva. Puedes engancharte a ellos mientras esperas el bus, tomando un café, plantando un pino, ¡y hasta hay gente que se los pone antes de irse a dormir! Obviamente también acaban adecuándose a tus intereses. A mi, por ejemplo, me salen mil reels de wrestling… pero, indudablemente, también me salen vídeos de lo que está en boga en ese momento en IG. Y es así cómo me he enterado de la existencia de estos animales engendros creados con IA rollo Tralalero Tralala o Bombardiro Crocodilo, que ahora están muy de moda entre los zagales. Me pregunto si estas cosas acabarán incluso reemplazando a los Pokémon como “los bichos de referencia” (esperemos que no, supondría la derrota de la creatividad humana), al igual que los chavales de hoy en día ya no conocen nada de Los Simpson. Pero no se les puede negar su éxito gracias al propio formato de los reels: vídeos cortos, la duración justa para que “enganchen” al espectador.
Por mi trabajo tuve muy a mano tanto Instagram como Twitter en mi día a día. Y eso supuso también una muerte de la atención que tuve que volver a reconstruir ladrillo a ladrillo, poniendo apps de limitación horaria en el móvil y alejándolo de mi a la hora de leer. Esto no es un post crítica: Mis amigos y yo nos reenviamos tanto vídeos currados como auténticas basuras por los Mensajes Directos de IG, pero al menos lo tengo constreñido a una hora al día. Todo puede estar bien… con la moderación adecuada. Pero si que me pregunto cuál será el futuro del audiovisual en base a estas tendencias, sea bueno o malo. Si que, por ejemplo, me fascinan los vídeos que sube a su perfil en IG el escritor Isaac Marion utilizando a su gato como protagonista de una partida de The Elder Scrolls V: Skyrim en el mundo real. Supongo que la creatividad y esfuerzo empleados ayudan mucho a la calidad del resultado y por eso necesitamos más a las mentes humanas que a las inteligencias artificiales.
Los Thunderbolts* del Valle de Chesapeake
Desde mi más tierna infancia, Marvel y el género superheroico han estado en mi ADN. Una afición que hasta ha marcado mi devenir profesional. Sin embargo, no puedo negar que en cines y series el género está algo quemado y últimamente no ha habido proyectos que me hayan llamado la atención… Pero Thunderbolts* ha sido una agradable sorpresa.
Lejos del concepto original del cómic creado por Kurt Busiek y Mark Bagley (un grupo de supervillanos que deciden redimirse), aquí tenemos a un grupo de fracasados que buscan su lugar en el mundo. Pero afortunadamente, la cinta tira por otros derrotaros, dejando la acción a un lado y buscando un enfoque más existencialista, sobre cómo puede haber etapas en las que vagamos sin rumbo, en una rutina vacía, pero por suerte podemos volver a acabar encontrando nuestro lugar. Ayuda el carisma de sus protagonistas, especialmente el de Florence Pugh, y el buen uso del Vigía, posiblemente mejor que en cualquiera de los cómics que haya aparecido (a mi buen parecer, claro).
Una peli disfrutable y que ojalá pueda suponer un paradigma refrescante en el género más allá de las buenas tollinas.
Algunos apuntes de esta semana…
Ha terminado Andor y soy un hombre hueco. Toca despedirse del mejor producto audiovisual del universo de Star Wars y de una gran serie en líneas generales.
Hablando de Star Wars. Ayer se publicó el segundo DLC de Star Wars: Outlaws. Seguramente sea lo último que se sepa de la franquicia en base a las ventas del título.
Esta semana en el Clube do Videoxogo de A Revolteira comentamos Townscaper, un juego de construcciones la mar de majo.
La canción de esta semana es Friend Zone de Thundercat. Por nada en concreto, es simplemente que suena de miedo.